El pueblo

Se cree que fue en 1256 cuando el castellano rey Alfonso X el Sabio creó la villa, dentro de un plan de fundaciones en el que también entraban Segura y Tolosa.

Primitivamente, la que luego llegará a villa juntera se asentaba junto a la ermita de San Bartolomé, y se denominaba "Ordizia". Fue el citado rey el que le cambió el nombre mediante un Privilegio librado en Sevilla el 30 de junio de 1268, en el que también le concedió el Fuero y ventajas de Vitoria, y le eximió de todo pecho real. Sancho IV el Bravo, que sucedió a Alfonso, confirmó el privilegio de su antecesor y añadió más exenciones y franquezas en otro documento que despachó en Valladolid el 28 de abril de 1290.

En 1397 figuraba en las Juntas de Guetaria, cuya lista de asistentes es la más antigua que se conserva. En 1467 recibió otro privilegio, expedido en Madrid el 14 de enero, por el que el rey Enrique IV le libraba de pagar dos mil maravedíes anuales del "pedido", y la suponía exenta de fonsadera yotras cargas, en premio a los servicios que prestaba. Las circundantes colaciones de Altzaga, Arama, Ataun, Beasain, Gaintza, Itsasondo, Legorreta, Zaldibia y algunas casas de Lazkao, ante la inseguridad que reinaba en el campo por causa de los malhechores y nobles locales, pidieron unirse a la urbe para protegerse de los desmanes de aquéllos y beneficiarse de las ventajas que tenían las villas.

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El 8 de abril de 1399 Villafranca las acogió como vecinas; todas ellas firmaron una escritura de Concordia que Enrique III confirmó en Turégano el 5 de agosto de 1402, y los Reyes Cató1icos en Córdoba el 27 de mayo de 1492. La anexión suponía que el alcalde ordiziarra adquiría atribuciones judiciales, tanto civiles como criminales, en el territorio agregado, quedando como alcaldes pedáneos los que hubiere con anterioridad. Sin embargo los pueblos mantenían sus Ayuntamientos y Concejos Abiertos, conservaban amojonado el territorio, disfrutaban de sus montes y propiedades, y llevaban su propia administración económica.

Por más de doscientos años se mantuvieron en unión, pero cuando cesaron las causas que la habían originado, deseosas de recuperar la total libertad municipal, alegaron agravios de parte de la herriama y solicitaron la desanexión. El deseo les fue concedido por su majestad Felipe III el año 1615, ya que las arcas reales necesitaban dinero y las segregaciones les proporcionaban buenas Tasas Liberatorias.

Las casas lazkaotarras, no obstante, continuaron junto a Villafranca hasta el 16 de febrero de 1648, en que volvieron a su primitivo municipio. Al quedarse sola Villafranca vio aumentados los gastos del procurador ante las Juntas Provinciales, por lo cual se unió con Beasain bajo el nombre de Unión de Villafranca.

El representante era costeado por las dos, pero debía ser vecino ordiziano. La unión se firmó en 1644. En 1687, el 4 de mayo, se unieron Arama y Zaldibia. Las razones que les impulsaron fueron las mismas: aminorar gastos de representación al compartirlas con otras poblaciones. El 10 de abril de 1710 se agregó Ataun, aunque las juntas no lo aceptaron hasta 1712.

Las defecciones comenzaron en 1741 con Zaldibia, y siguieron en 1768 con Arama y en 1818 con Ataun y Beasain. A partir de esta fecha Villafranca tuvo que asistir sola. Su foguera montaba veintisiete fuegos fiscales; y el puesto que tenía asignado en las Juntas de la Provincia era el decimoquinto a la derecha del Corregidor-Presidente. El siglo XVIII fue pródigo en incendios (1738, 1751, 1794), si bien todos fueron de mediana magnitud y ninguno alcanzó la gravedad del sucedido anteriormente, el 18 de marzo de 1512, que había causado la destrucción total de la villa. En 1859 hubo otro siniestro de carácter parcial. Como la ciudad había adoptado una posición cristina, liberal, fue atacada por el general Zumalakarregi en 1835, durante la primera Guerra Carlista. La plaza resistió el asedio desde el 25 de mayo hasta el 3 de junio, en que capituló a la vista de las nulas posibilidades de éxito.

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Paradójicamente, el 7 de julio de 1875 el pretendiente Don Carlos eligió esta villa para jurar los Fueros Vascos. Desde antiguo perteneció a la Comunidad de Bozue Menol; también llamada de Villafranca, que parece citada por primera vez en el año 1027 en un documento de Sancho el Mayor de Navarra. Aprovechaba económicamente los rendimientos de los montes de Aralar e Enirio en un veintiochoavo, medida proporcional a su aportación de dinero en 1409 para el "Convenio y Ajuste". En tal acto se compensó a Juan de Amezketa los derechos que alegaba sobre unas tierras que le había donado el rey castellano Enrique III en 1400, y que la Hermandad consideró siempre como propias. La comunidad ha llegado hasta hoy, y su presidente es el alcalde de Ordizia.

El 17 de abril de 1970 Villafranca consiguió que el nombre oficial transformara su apellido "-de Oria" en "-de Ordizia", para el 4 de enero de 1982 recibir su definitiva denominación: Ordizia.

Escudo de Ordizia

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En enero de 1989 el Ayuntamiento de Ordizia decidió en sesión plenaria abrir expediente para determinar cuál era el escudo municipal, a fin de regular definitivamente el símbolo de la entidad municipal. Dado que en el municipio existían diferentes escudos se pidió el informe de un especialista para que determinara al respecto. En este sentido, el responsable de Patrimonio Documental del Gobierno Vasco, Borja de Aginagalde remitía al Ayuntamiento un escrito señalando que "Ordizia goza de una posición absolutamente de excepción en el conjunto de la provincia: tiene datadas, y nada más y nada menos que en 1568 las armerías de la villa por un testimonio de carácter monumental, a saber, la escultura de la parroquia...". Se trata de los escudos que figuran en el archivo parroquial, concretamente sobre la puerta de acceso a la sacristía desde al altar.

Emitido también un informe por la Sociedad de Estudios Vascos, se aprobó la modificación del escudo municipal (pleno de 2 de mayo de 1989), quedando la descripción de éste de la siguiente manera: "En campo de azur, un castillo almenado de oro apoyado sobre una doble hilera de escaques en oro y sable. Para el contorno se adopta el medieval hispánico terminado por abajo en arco apuntado".