Este viernes a las 22:15 presenta su exitosa obra DISTANCIA SIETE MINUTOS

El grupo catalán Titzina Teatro abre en Ordizia la vigésimoprimera edición de la programación “Tiempo de Teatro” este viernes, día 16, a partir de las 10:15 de la noche, en el Herri Antzokia de Ordizia con su espectáculo “Distancia siete minutos”. Programa "Tiempo de Teatro" que está organizado conjuntamente por los departamentos de cultura de los ayuntamientos de Beasain y Ordizia, programación que se enmarca dentro de la Red de Teatros de Euskadi y que cuenta con la colaboración de los departamentos de Cultura de la Diputación guipuzcoana y Gobierno Vasco.

Comienzo de ciclo en Ordizia con la obra DISTANCIA SIETE MINUTOS de Titzina, una de las propuestas más interesantes del actual panorama teatral español con más de 100 funciones en gira en su primer año, y obra recomendada por la Red española de teatros y éxito en las Ferias de Donostia y Tárrega de 2014. TITZINA TEATRO da nombre a una compañía fundada por Diego Lorca y Pako Merino. Tras encontrarse en 1999 en la Escuela Internacional de Teatro Jacques Lecoq en París, en 2001 comienzan a trabajar juntos. Durante los doce años siguientes, producen tres espectáculos con éxito de crítica y público, Folie a deux | Sueños de psiquiátrico (2002), Entrañas (2005), Exitus (2009). A lo largo de todo este tiempo, Titzina se ha consolidado como una compañía de teatro de creación con un marcado estilo propio, que algunos definen como “Sello Titzina”.

En agosto del 2013, Titzina estrena su última creación DISTANCIA SIETE MINUTOS, una obra de nuevo escrita, dirigida e interpretada por Diego Lorca y Pako Merino. Al igual que en anteriores creaciones, la compañía parte de un largo trabajo de investigación en el que ha estado en contacto, esta vez, con profesionales de la justicia, conferencias relacionadas con la búsqueda de la felicidad o trabajadores e internos de la cárcel Modelo de Barcelona. Para la realización de este nuevo proyecto teatral, Titzina sigue apostando por el método que se ha convertido en una de las señas de identidad de la compañía, la documentación en lugares donde la cotidianidad de la temática puede ser observada. Por ello, partiendo de un tema inicial como la felicidad, durante más de un año se ha ido evolucionando hacia temáticas como la justicia y el encierro.

El argumento de la obra nos cuenta que coincidiendo cronológicamente con el envío y aterrizaje del robot espacial Curiosity, Félix, un joven juez, se ve obligado a abandonar su casa, afectada por una plaga de termitas, e instalarse durante unos días en lo que fue su domicilio familiar. De la convivencia diaria con su padre, surgen todas las cuestiones que hace años dejaron sin resolver. El entorno de los juicios donde el juez desarrolla su profesión, así como las reglas establecidas por su progenitor, marcarán la confrontación durante la historia en temas fundamentales para ellos como justicia, felicidad y destino.

El ritmo de la obra es ágil, con rápidos sketches y fluidos diálogos. Comienza en los juzgados con una sucesión vertiginosa e hilarante de litigios de diferentes personajes. Todos ellos interpretados por Pako Merino, que salta de un personaje a otro con una facilidad asombrosa. Dos sofás y dos mesas son toda la escenografía necesaria para recrear prodigiosamente los distintos ambientes, gracias a un soberbio diseño de luces.

Distancia siete minutos habla de personas que buscan resolver conflictos con otras personas. Gente que a primera vista sin enfocar, uno diría forman parte de un núcleo estable. Solo hay que darse tiempo en la observación y las fisuras de ese núcleo empiezan a aparecer. Y con ello el interés dramatúrgico de Titzina por lo esencial del ser humano, lo común en él. Lo que a criterio del grupo merece ser expuesto.

El crítico Carlos Gil Zamora señala que “los dos actores, los dos creadores, se mantienen en su consistente presencia escénica que les caracteriza para contar no una, sino varias historias encajadas, que nos arrastran a diferentes ámbitos de comprensión. Un lenguaje teatral que se retroalimenta en ese bucle cíclico, en donde se pasa de ver algunos casos de un juzgado, a la paradójica situación de la vivienda del juez, su vida familiar, esas conversaciones con el padre que emocionan, mezclado con una noticia espacial que desvía la atención. En ese globo, lo tragicómico crece de manera exuberante, y mientras el claroscuro nos orienta en el laberinto formal, una resolución final nos congela la sonrisa y nos devuelve a una realidad de la que nunca nos han separado, sino que nos han hecho creer que estaban buscando la felicidad, o que venían de esa nave llamada Curiosity, pero estaban ahí, hurgando en nuestra sensibilidad, como unos magos de la escena.

” Cita con el teatro este viernes, día 16, a partir de las 10:15 de la noche en el Herri Antzokia de Ordizia. Entradas a la venta en Barrena Kultur Etxea.